LA PARADOJA DE LAS DEFENSAS
ZONALES EN LA INICIACIÓN
AL BALONMANO.
Por D. Juan Antonio García Herrero
Comunicación Técnica nº 165
1. INTRODUCCIÓN
2. OBJETIVOS DE LAS DEFENSAS INDIVIDUALES
3. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS DEFENSAS INDIVIDUALES.
4. LAS ALTERNATIVAS A LAS DEFENSAS INDIVIDUALES EN LAS ETAPAS DE INICIACIÓN: LAS DEFENSAS ZONALES CON RESPONSABILIDADES INDIVIDUALES COMPARTIDAS.
1. INTRODUCCIÓN
Durante muchos años hemos estado planteando la necesidad de iniciar a los niños/as que empezaban a jugar al balonmano, mediante el desarrollo de defensas individuales que facilitasen la formación del jugador/a. Distintos han sido los autores que han defendido este planteamiento (Antón, 1.991; Bayer,1.987; Mariot, 1.995; Torrescusa, 1.991; Marín, 1.992), con la intención de dotar al sujeto de unos fundamentos defensivos adecuados. Si bien el planteamiento que hacían estos autores estaba plenamente justificado, quizá su administración por parte de los entrenadores/as no se ha desarrollado considerando los objetivos generales que se perseguían inicialmente, constatándose en la actualidad un abuso de estas situaciones al amparo de posicionamientos teóricos acertados.
Pese a que las defensas individuales constituyen un recurso valiosísimo para la formación del jugador/a, también es cierto que este recurso debe administrarse de una manera razonada, para no caer en la propuesta de una actividad sin sentido alguno, y alejada de la realidad práctica del propio juego.
Cada vez con más frecuencia encontramos situaciones de juego en la iniciación, donde no existe un objetivo claro a la hora de desarrollar las actividades, conformándose el entrenador/a con plantear una situación que amparada en un planteamiento teórico razonable, su posterior desarrollo práctico no se adapta a las características de esa etapa. Así, están empezando a surgir críticas (Alonso, 1.989), a distintas situaciones que basándose en planteamientos teóricos acertados, (los juegos y su aplicación, las defensas individuales, etc.), se desarrollan sin ninguna intención u objetivo concreto, por lo que las actividades (juegos en general o defensas individuales sin sentido), dejan de tener ese valor formativo para quedarse en situaciones de no mucha transferencia al juego real.
Las defensas individuales deben aportan aspectos notables a la formación del jugador/a, ahora bien, desde nuestro punto de vista la utilización de estas defensas indiscriminadamente, favorece situaciones que poco tienen que ver con el juego, por lo que el entrenador/a tendrá que orientar correctamente el desarrollo de las mismas.
Igualmente, consideramos que otras disposiciones defensivas contribuyen tanto o más a la formación de los niños/as que se inician en balonmano como las defensas individuales, aspecto este que nos obliga a reflexionar sobre las verdaderas posibilidades de estas defensas individuales, así como su verdadera influencia en las edades de iniciación al balonmano.
2. OBJETIVOS DE LAS DEFENSAS INDIVIDUALES
Estaría fuera de toda lógica actualmente, no valorar la utilidad de las defensas individuales como un medio en la iniciación, ahora bien, quizá sería razonable reflexionar sobre la conveniencia de su utilización de manera exclusiva, o sobre los objetivos que persigue y si verdaderamente se alcanzan con su desarrollo.
Al parecer, se plantea una defensa individual en las edades de formación, básicamente para (Marín, 1.992, pág. 14 y 15):
- No formar jugadores especialistas en puestos específicos defensivos.
- Desarrollar el concepto de defensa activa (no esperar a los atacantes).
- Mejorar individualmente en las situaciones defensivas de 1x1, fruto de los emparejamientos defensivos.
- Simplificar la actividad defensiva de los jugadores/as para facilitar su progresiva asimilación, gracias al reparto individual de responsabilidades.
Todos estos supuestos "beneficios" se le atribuyen a la defensa individual, pero...¿es cierto que planteando estas defensas nuestros jugadores/as mejoran en los aspectos señalados anteriormente?. Quizá sea esta la pregunta que todos los entrenadores/as debamos formularnos cuando vemos a nuestros equipos alevines practicando estas defensas.
3. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS DEFENSAS INDIVIDUALES.
Si en la actualidad todos los entrenadores/as damos por sentado que un jugador/a senior con buenos fundamentos defensivos, es incapaz de defender individualmente en todo el campo a su oponente, ¿por qué pensamos que un niño/a sin experiencia en el juego va a poder defender mínimamente bien en un campo de 40m. x 20m. durante un tiempo prolongado? (todavía son muchas las Comunidades Autónomas en las que no se juega mini-balonmano).
Del mismo modo, si consideramos a la defensa individual en todo el campo como una acción defensiva de alta dificultad (ya que ni los jugadores expertos consiguen realizarla con eficacia),y descartamos su utilización salvo en situaciones muy específicas (Román, 1.996), ¿por qué la primera propuesta defensiva que hacemos a nuestros jóvenes juegadores/as se orienta, casi exclusivamente, en esta dirección?, ¿son las defensas individuales los mejores medios de aprendizaje de los fundamentos defensivos en las primeras edades?, ¿planteamos estas situaciones defensivas por propio convencimiento o seguimos la inercia que marcan las modas o tendencias?.
Estos y otros interrogantes similares hicieron que nos planteáramos la idea que profundizar en el estudio de este tema, para intentar encontrar explicación (que no soluciones), a algunas de las creencias que sobre él existen.
Si nos ocupamos en analizar detenidamente el juego de un equipo alevín que defiende individual en todo el campo ¿qué conclusiones obtenemos?. De la simple observación de la actividad defensiva de los niños y niñas pueden extraerse una serie de ideas:
a) La mayor parte del tiempo defensivo el jugador/a tiende a colocarse en defensa en línea de pase, olvidándose, muy frecuentemente, de la responsabilidad individual sobre su oponente. Muchos jugadores/as en la categoría alevín recurren a esta modificación defensiva ya que los pases en la citada categoría no son muy precisos, aspecto este que les permite recuperar el balón y consecuentemente, incorporarse rápidamente al ataque.
b) El jugador/a alevín prefiere estar en línea de pase ya que esto le permite acercarse al balón y poder participar del juego y de la posesión del balón. Utilizando estas defensas de forma inflexible se aprecian situaciones ilógicas en el juego, como son el aislamiento de parejas de jugadores/as, que se persiguen a todas partes sin intención alguna.
c) Prácticamente nunca se dan situaciones de marcaje y control al oponente (con excepción de acciones cercanas a 6m.), ya que al tener que defender tanto espacio el jugador/a no tiene tiempo ni de adoptar la posición de base, ni de equilibrarse en las acciones defensivas, ni de orientarse correctamente respecto a su oponente, por lo que la supuesta mejora en el marcaje y control al oponente que ofrecen estas defensas, quedaría seriamente cuestionada. Incluso en el ámbito del alto rendimiento (que nada tiene que ver con este artículo), encontramos situaciones donde la variación de la profundidad defensiva obliga a modificar aspectos técnico-tácticos individuales como el marcaje, la posición de base o los desplazamientos defensivos (Román, 1.988).
d) La capacidad física del jugadora le impide desarrollar esta defensa durante periodos de tiempo prolongados (cuatro o cinco minutos al hablar de niños/as), por lo que a partir de ese tiempo el jugador tiende a colocarse en "flotación", defensiva o directamente se inhibe de sus responsabilidades defensivas.
Plantear desarrollar estas defensas sin cambiar a los jugadores/as, frecuentemente (cada 4-5 minutos), y exigir a los niños/as que mantengan la intensidad defensiva a lo largo del tiempo, supone un absurdo, y seguramente un desgaste físico para el que los jugadores/as no están preparados.
e) Finalmente, si el entrenador/a sólo plantea a sus jugadores/as en las edades de formación estas defensas individuales, y lo hace de forma estricta, está privando a los mismos de adquirir y desarrollar uno de los conceptos defensivos más importante en balonmano: las ayudas defensivas.
Individualizar sistemáticamente la defensa con consignas del tipo:- ocúpate sólo de tu atacante-, -defiende al tuyo y olvídate del resto-, -persigue a tu oponente allá donde vaya-, etc., sólo conduce a confundir al jugador/a al decirle (directa o indirectamente), que lo verdaderamente importante en defensa no es que el equipo contrario marque gol, sino que mi oponente no marque.
Desde esta perspectiva, las defensas individuales deben administrarse en las etapas de formación persiguiendo objetivos concretos, sin abusar de ellas y definiendo de antemano la orientación que se les va a dar, considerando que plantear las defensas individuales de forma restringida, puede constituir un error metodológico tan grande, como los antiguos planteamientos de defensas cerradas buscando el resultado más que la formación del jugador/a.
4. LAS ALTERNATIVAS A LAS DEFENSAS INDIVIDUALES EN LAS ETAPAS DE INICIACIÓN: LAS DEFENSAS ZONALES CON RESPONSABILIDADES INDIVIDUALES COMPARTIDAS.
Quizá no sea posible encontrar una única defensa que se adapte a las necesidades que las etapas de iniciación demandan, ya que estas deben dirigirse hacia aspectos de la formación del jugador muy variados. Así, al igual que otros autores (Antón, 1.991; Falkowski y Enriquez, 1.988; Müller, Gert-Stein, I. Konzag, B. Konzag, 1.996), nos decantamos por un posicionamiento ecléctico a la hora de seleccionar el tipo de defensa a plantear en la iniciación al balonmano.
Antes de identificar las defensas que podemos desarrollar en las primeras edades de formación, sería conveniente recordar qué objetivos se persiguen a nivel técnico y táctico en estas edades (alevines concretamente), para de esta forma saber exactamente qué vamos a pedirle al tipo de defensa por el que nos decantemos. Así, siguiendo a Antón (1.990), y Torrescusa (1.992), podemos identificar los principales contenidos defensivos que la etapa alevín debe perseguir, a saber:
- Uso del cuerpo, iniciación del marcaje al oponente mediante la utilización del cuerpo. Búsqueda del brazo de tiro.
- Posición de base, que se traducirá en conseguir una buena actitud defensiva, así como un equilibrio y coordinación en las acciones.
- Iniciación a las ayudas defensivas.
- Iniciación al marcaje en línea de pase.
- Otros.
Si bien las defensas individuales ayudan a mejorar y desarrollar determinados aspectos (defensa en línea de pase básicamente), quizá no sean las formas defensivas óptimas si perseguimos que nuestros jugadores adquieran cierta eficacia en los otros contenidos técnico-tácticos individuales y colectivos expuestos.
Desde nuestro punto de vista para lograr los objetivos planteados debemos tener en cuenta lo siguiente:
a) El espacio en el que consideremos que debe defender el jugador/a, condicionará o no que el marcaje pueda realizarse. Si pretendemos que juegue 1x1 en todo el campo, el marcaje en proximidad (entendido como control al oponente y uso del cuerpo), muy raramente se presentará en el juego, por contra, si limitamos su actividad a una zona no muy extensa, este se producirá frecuentemente (el espacio que debe defender el jugador debe ser lo suficientemente pequeño como para permitir el marcaje, pero lo suficientemente extenso como para evitar las defensas cerradas).
Siguiendo lo anteriormente expuesto, nos iríamos a disposiciones defensivas (que no sistemas defensivos), en los que la colocación de los jugadores en el campo garantizara la consecución de los objetivos marcados, así, tendríamos que para los jugadores que no jueguen mini-balonmano las disposiciones defensivas utilizadas pueden ser: 3:3, 1:5, 3:2:1. Mientras que para los jugadores/as que puedan practicar mini-balonmano, las disposiciones defensivas que pueden utilizar son: 2:2, 1:3, 3:1. Es evidente que esta nomenclatura sólo sirve para orientarnos sobre la posición de partida de los jugadores/as, rechazando cualquier parecido en su funcionamiento con los sistemas defensivos así denominados.
Estas disposiciones defensivas tendrían para su funcionamiento dos grandes principios por los que regirse: las responsabilidades individuales en un espacio razonable, y las ayudas defensivas ante el fallo de los compañeros/as. Conociendo el jugador de antemano dos aspectos:
- Su responsabilidad individual sobre un oponente en un espacio que sí está cualificado para defender.
- Su responsabilidad grupal, en el sentido de abandonar a su oponente sin balón, ante penetración clara de un contrario hacia su portería por fallo en el marcaje de un compañero.
b) El desarrollo de estas disposiciones defensivas deben plantearse
garantizando la rotación en los puestos defensivos, con la intención de alcanzar los siguientes objetivos:
- No formar especialistas en puestos determinados. Esto debe suponer que los jugadores/as pasarán a defender por distintas zonas en las que como es lógico, serán más eficaces en unas que en otras.
- Esta rotación debe implicar igualmente que cada jugador pasa por al menos, dos puestos en dos líneas defensivas distintas (no nos serviría cambiar a los jugadores/as que defienden en la misma línea defensiva). De esta forma debemos intentar garantizar que todo el colectivo de jugadores/as desarrollen su actividad defensiva tanto en 2ª y 3ª línea defensiva, donde las exigencias se centran básicamente en el marcaje y la interceptación del balón, como en la 1ª línea defensiva donde las exigencias pueden orientarse más hacia el marcaje con menos espacio y las ayudas defensivas. Esto no debe suponer que los jugadores/as de 2ª y 3ª línea defensiva sólo se dedican al marcaje y la interceptación, y los de 1ª línea a las ayudas, sino que son precisamente estas exigencias las que deben orientar al entrenador/a para valorar las acciones de sus jugadores/as.
FORMACIÓN TÉCNICO-TÁCTICA INDIVIDUAL Y COLECTIVA DEL JUGADOR/A (ALEVÍN), DE BALONMANO
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MEDIOS |
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CONSIDERANDO EN LA APLICACIÓN DE LOS MEDIOS |
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